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Diseño de informes: la historia del verano.

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Diseño de informes, al lio.

La primera vez que escribí un informe era becaria, corría el año 2014, tenía una beca de unos meses en el ayuntamiento de un pueblo alejado de la mano de los dioses y un título de licenciada en derecho recién salido del horno.

Vamos, que no tenía ni idea de como escribirlo.

Repito, ni la más remota idea de por donde empezar.

Veía la página de word en blanco y me daba algo de vértigo. Cuando una compañera me vio un rato mordiéndome las uñas me dijo que habían modelos en las carpetas internas.

Lo abrí sin dudar pensando que ahí estaría la respuesta, que se había acabado mi tortura.

Ay… cuanta inocencia.

Me acuerdo que vi el modelo y no entendí nada.

¿Por qué empieza así el informe? ¿Por qué esta todo en un sólo apartado? ¿Sólo hay un subtítulo? ¿Tengo que usar esta letra?

Mi primer diseño de informes

Que le vamos a hacer, soy un poco así y termine con un lápiz y un papel y me dispuse a poner orden a mis ideas, sin darme cuenta estaría empezando con el diseño de informes que marcaría parte de mi estructura de trabajo.

Decidí diseñarlo por apartados muy claros y diferenciados, pensé que así sería más sencillo, encapsulando cada idea, cada razonamiento, cada paso hacia mi conclusión.

No fue el diseño más bonito del mundo, pero cada cosa estaba en su sitio, cada idea era digerible y, lo más importante, se entendía.

O eso creía, porque el que era mi jefe me llamó al despacho.

Entre las caras de mis compañeros y el comentario de una de ellas que dijo un “ya la habrá liado la becaria” subí al despacho con cara de “¿estoy despedida? ¿se puede despedir a los becarios?”

Mi primer jefe: el Secretario general de entrada del Ayuntamiento.

El secretario general de entrada es un chico unos 8 años mayor que yo, era policía antes de aprobar las oposiciones, así que tenía la seriedad metida en el cuerpo y siempre tenía esa cara que no dejaba entrever mucho sus sentimientos o sus intenciones.

Me recibió con un “siéntate por favor”.

Y eso hice, me senté y como soy un poco así, que le vamos a hacer, estaba hecha un manojo de nervios, el tecleaba tranquilamente algo en el ordenador, así que tuve que esperar un poco a que me atendiera.

Los segundos fueron eternos.

Y yo como un manojo de nervios.

Por fin se giró hacia mi y me preguntó abiertamente ¿Quién te ha ayudado en el informe?

Ahí cambiaron los nervios a la ofensa, así que respondí un “¿cómo?” de incredulidad, me acuerdo de mi reacción porque el que era mi jefe enmascaraba muy bien sus sentimientos, menos en el rabillo del ojo, donde siempre podías ver si se divertía o estaba enfadado o estresado o lo que sea.

Repitió la pregunta y miró a la pantalla.

Respiré más tranquila.

Le expliqué lo que había hecho y por qué.

Expliqué que no tenía sentido ponerlo todo de golpe y seguido, que la persona que lo iba a leer, un ciudadano al que le denegábamos una solicitud, seguramente se enfadaría, y quería explicarle porqué le decíamos que no.

Quería que no tuviera dudas de porqué su petición no podía hacerse realidad.

Al final se giró hacia mi y me dijo que…

Bueno, no lo diré porque esas palabras son para mí.

Lo que si puedo decirte es que empecé a escribir todos los informes que mi jefe tenía sobre la mesa, para que practicase y mejorase.

Diseño de informes y la moraleja de la historia.

Por si la historia no tiene una moraleja lo suficientemente clara:

No tengas miedo a hacer cosas diferentes.

Es cierto, habrán palabras muy feas, pero todo cambio tiene su resistencia, durante el poco tiempo que estuvimos mi antiguo jefe y yo por esos lares intentamos hacer las cosas un poco más claras y nos divertimos mucho en el camino.

Eso es lo que cuenta.

Por lo que lógicamente:

Diviértete, experimenta. Intenta siempre cosas nuevas para encontrar tu forma ideal de diseño de informes, como quieres hacerlo o de que manera satisface más tus necesidades.

Piensa en digital. Hoy en día muy pocos informes se imprimen o se entregan en mano, si puedes facilitar la lectura con un par de elementos digitales sería lo mejor.

Y sobre todo, escribe de manera, clara, sencilla, sin otra pretensión que comunicar. Conecta con quien te va a leer, con cariño y pensando que lo que estás haciendo, un trabajo jurídico de calidad, está enfocado a aportar respuestas y ayudar a las personas.

¿He dicho ya que te diviertas?

P.D La historia detrás de esta historia.

Hace unos meses las chicas de Sharing Pipes me invitaron a su podcast (escúchalo aquí)

Me preguntaron por eso de “ser diferente”, y desde entonces, mi cabeza que es un poco así, que le vamos a hacer, ha ido pensando en todos esos momentos de grave resistencia que, aunque frustrantes y desalentadoras, de una manera u otra han tenido un final feliz.

Y más importante me han ayudado a crecer.

No te voy a mentir, me ha pasado desde pequeña, y desde que empecé a ejercer hubo veces en los que creía que me faltaban las fuerzas y que no volvería a hacer ni un solo dibujo relacionado con derecho o que no volvería a hacer un informe como los míos.

Hasta que entregaba el informe y, por mucho que dijeran los compañeros, por mucho que dijeran los jefes, por mucho que dijeran los demás, el destinatario, mi cliente, me daba las gracias, que le encantaba, que lo había entendido todo.

Y eso es lo que vale.

El diseño de informes está encarado a ser útil, sencillo, ameno en la lectura.

Es posible, así que coge la libreta y empieza a diseñar.

El P.D que echabas de menos.

Este agosto le he estado dando vueltas a formatos e ideas, tengo muchos estudiantes o recién graduados que quieren innovar, suelo recomendarles empezar por aquí, y creo que voy a hacer algo especialmente para ellos y tendré en cuenta que:

  • El problema que tienen es nivel adquisitivo
  • Necesitan información de calidad
  • Necesitan ejemplos
  • Aprenden haciendo

Esta semana he hablado con los que manejan mi web y creo que hemos dado con un formato que podría servirles, sería una suscripción de pago único.

Así ambos salimos ganando, yo les doy información y soporte, los estudiantes y recién graduados tienen información de calidad.

¿Qué no eres ni estudiante ni recién graduado? Bueno, todos somos eternos estudiantes, cuando llegue el momento, si quieres apuntarte, apúntate, será guay tenerte por aquí.

¿Suena bien verdad?

Feliz septiembre.